sábado, 27 de junio de 2015


En el descomienzo era el verbo.
Sólo después fue que vino el delirio del verbo.
El delirio del verbo estaba en el comienzo, allí donde el
niño dice: Yo escucho el color de los pájaros.
El niño no sabe que el verbo escuchar no funciona
para color, sino para sonido.
Entonces si el niño cambia la función de un verbo,
éste delira.
¿Y qué?
En poesía que es voz de poeta, que es la voz de hacer
nacimientos-
el verbo tiene que coger delirio   

- Manoel de Barros, VII, de Una didáctica de la invención

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