miércoles, 5 de octubre de 2016


"Aquí tenemos que reconocer que aquellos tiempos eran más afortunados que los nuestros, aquellos de Pitágoras y Aristóxenes, cuando nuestros antepasados se contentaban con el hecho de que sus instrumentos puramente afinados sólo podían ser tocados en algunos tonos. No les inquietaban las dudas. Para ellos, las armonías celestiales eran terreno de los dioses"

- Béla Tarr, Armonías de Werckmeister (2000)

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