lunes, 9 de octubre de 2017




"Pero, en verdad, es inútil debatir si la libertad es natural, pues a nadie se le puede hacer siervo sin hacerle daño, y nada hay en el mundo más contrario a la naturaleza, que es totalmente razonable, que la ofensa. Así pues, no queda sino que la libertad sea natural, y, por el mismo razonamiento, en mi opinión, que no solamente hemos nacido en posesión de nuestra libertad, sino también con la pasión de defenderla."

"Es asombroso que se abandonen tan prontamente, solamente con que se les regale un poco. Los teatros, los juegos, las farsas, los espectáculos, los gladiadores, las bestias extrañas, las medallas, los cuadros y otras bagatelas semejantes fueron para los pueblos antiguos los cebos de la servidumbre, el precio de su libertad, los instrumentos de la tiranía. Este medio, esta práctica, estas seducciones utilizaban los antiguos tiranos para adormecer a sus súbditos bajo el yugo. Así, los pueblos, atontados, encontrando bellos estos pasatiempos, distraídos por el vago placer que les pasaba ante los ojos, se acostumbraron a servir neciamente como si fuesen niños."

"Pero, ciertamente, la costumbre, que en todo tiene un gran poder sobre nosotros, para nada tiene mayor fuerza que para enseñarnos a servir y para enseñarnos a tragar y no encontrar amarga la ponzoña de la servidumbre (…)"

"Al principio se sirve porque se está obligado por la fuerza. Pero los que vienen después se acostumbran y hacen gustosamente los que sus antecesores habían hecho por obligación. Así los seres humanos que nacieron bajo el yugo, educados y criados en la servidumbre, sin mirar más allá, se contentan con vivir como nacieron, sin pensar en tener otro bien ni otro derecho que el que encontraron."

- Étienne De La Boétie, Discurso de la servidumbre voluntaria

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