domingo, 10 de diciembre de 2017



"Compañeros y Amigos: Creo que no puedo abrir mi ponencia más apropiadamente que señalando mi experiencia en mi larga conexión con el movimiento de reformas.

...aprendí mediante cuidadoso estudio que no hace diferencia alguna las promesas que, por poder, hace al pueblo un partido político para asegurar su confianza. Una vez asegurado y establecido en el control de los asuntos de la sociedad para seguir en el poder, es necesario construir una poderosa máquina, lo suficientemente fuerte como para demoler toda oposición y silenciar todo vigoroso murmullo de descontento, o la máquina partidaria podría ser demolida y el partido por ende perder el control...Llegué a comprender que tal poder concentrado puede siempre ser detentado por el interés de los pocos y a expensas de los muchos."

"La lucha por la libertad es demasiado grande y los pocos pasos que hemos dado han sido obtenidos con demasiado sacrificio para que la gran masa del pueblo de este siglo veinte consienta en darle a cualquier partido político el manejo de nuestros asuntos sociales e industriales."

"La filosofía del anarquismo está incluida en la palabra “Libertad... Libertad de descubrir toda verdad, libertad de desarrollarse, de vivir naturalmente y plenamente."

"Los anarquistas saben que un largo período de educación debe preceder a todo gran cambio fundamental en la sociedad, por ello no creen en mendigar votos, ni en campañas políticas, pero sí en el desarrollo de individuos con pensamiento autónomo."

"Buscamos alivio lejos de los gobiernos, porque sabemos que la fuerza (legalizada) invade a la libertad personal del ser humano, se aprovecha de los elementos naturales e interviene entre el ser humano y las leyes naturales. Desde este ejercicio de fuerza de los gobiernos fluye casi toda la miseria, la pobreza, el crimen, y la confusión existente en la sociedad."

"Percibimos, que hay barreras reales, materiales, que bloquean el camino. Éstas deben ser removidas...Hay algo que hacer en un caso como este — las rocas deben ser removidas. La pasividad, mientras la esclavitud nos hurta, es un crimen. Por el momento debemos olvidar que somos anarquistas — cuando la obra se logre podremos olvidar que somos revolucionarios. Por eso la mayoría de los anarquistas cree que el cambio que viene puede solo resultar de una revolución, porque la clase poseedora no cederá a que un cambio pacífico ocurra; aún así estamos dispuestos a trabajar por la paz a todo precio, excepto por el precio de la libertad."

"Las manifestaciones de descontento avecinándose ahora desde todos lados muestran que la sociedad se conduce sobre principios errados y que algo debe hacerse pronto o la clase asalariada se hundirá en una esclavitud peor de la que fue la servidumbre feudal. Digo a la clase asalariada: Piensen con claridad y actúen con rapidez, o están perdidos. Paren no por unos cuántos céntimos más por hora, porque el precio de la vida subirá aún más rápido, paren por todo lo que trabajan, no se contenten con nada menos."

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